miércoles, 18 de abril de 2012

LA TIJERA LITERARIA


La tijera literaria
Conservo con cariño una nutrida colección de revistas de la época en que frecuentaba el Mercadillo de Libros de San Antonio allá en los años sesenta. Una de ellas es la que da nombre a la entrada de hoy.
La tijera literaria llevaba el subtítulo de Enciclopedia Histórico-antológica de las más famosas obras en lengua castellana. Se publicaba en Madrid y el equipo colaborador estaba formado por el presidente, Fray Justo Pérez de Urbel, el consejero consultor, Tomás Borrás, el director, Alberto Vasallo, y los antólogos de honor, Conrado Blanco y Alforjas para la poesía. Todos los fascículos llevaban en el ángulo superior derecho un breve sumario de su contenido y en la mitad inferior de la portada una gran ilustración referida a alguno de los contenidos de las páginas interiores, que siguen la numeración de las del fascículo anterior. En cuanto a sus apartados, no siempre los mismos, existían los siguientes: 1. Un cuento o un breve ensayo abarcaban las dos o tres primeras hojas. 2. Una antología poética de varios autores precedida cada participación de un breve currículo biobibliográfico. 3. Los autores. Vida y obra, apartado que en cada fascículo se limitaba a tratar a un solo escritor. 4. Fechas clave de la literatura española. 5. Fragmentos de una obra o la obra entera de un autor, según los casos. 6. Un ensayo sobre un aspecto de la vida literaria española, que a veces era sustituidó por un cuento.
Para hacernos una idea más acertada, a continuación se describe uno de sus fascículos, el número 81.
La ilustración de la portada reproduce una fotografía del dramaturgo Linares Rivas escribiendo en su despacho.
El cuento con que se abren las páginas interiores es La bella pendoncete, de Luis Esteso, que abarca desde la página 2561 hasta la 2564.
La antología poética comienza con Federico Carlos Sainz de Robles: Poemas de su libro La soledad recóndita (2565-2568) y se cierra con el poeta Álvaro Barceló (2569).
El apartado Los autores. Vida y obra lo ocupa el citado Manuel Linares Rivas, con su drama histórico La ricahembra (páginas 2570-2592).
El fascículo se cierra con un pequeño ensayo dedicado a tratar la figura del arqueólogo e historiador de arte Manuel Gómez Moreno.
Incluyo el soneto-prólogo con que Manuel Machado encabeza la antología poética de Sainz de Robles:
Tu libro es un brazado de flores olorosas...
Un gran clamor polífono de mágica harmonía...
Y esto es tan sólo un junco que ata un ramo de rosas...
Un silencio, que aguarda la bella sinfonía...
Para los que no entienden de piedras preciosas
un letrero que avisa de la enorme valía...
Y para los hermanos que saben de estas cosas
el signo religioso de la masonería.
El libro es alma y carne... Palpita, canta y sueña.
Vive. De entre sus hojas una vaga dulzura
amable se desprende cordial y seductora.
No penséis ni un instante que malquiere o desdeña
si halláis un poco amarga su juvenil ternura.
Es un libro que nace... y como nace, llora.

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