¿Dejadez lingüística?
No es lo mismo una errata de escritura (yo suelo cometer algunas en mis entradas) que un error ortográfico, sintáctico o léxico. La primera es inconsciente y se debe muchas veces a la propia práctica de escribir; el segundo es fruto del desconocimiento y, en muchos casos, de la dejadez lingüística. La primera es perdonable, el segundo reprobable.
¿Dónde están los errores de las tres frases siguientes?:
Le extrañó que el hombre rehaciera su vida.
No disponía de entreno para tanto sobresalto.
Soy consciente que dejar de fumar es muy difícil.
Los errores de la primera y tercera frase son propios del lenguaje oral, y es muy corriente oírlos pronunciar a cada instante en la calle, en la radio o en la televisión en bocas de quienes deberían cuidar más y mejor del español por ser locutores o políticos. El error de la segunda frase puede tanto leerse como oírse, pero cuando lo comete una periodista en un libro es imperdonable.
En vez de rehaciera debió decirse rehiciera; así es la forma verbal de ese tiempo (pretérito imperfecto de subjuntivo) de rehacer. Ojo con los verbos derivados de hacer: rehacer, deshacer, satisfacer, etcétera, que se conjugan como hacer.
En vez de entreno (primera persona del singular del presente de indicativo del verbo entrenar) debió escribirse entrenamiento, que es sustantivo.
No disponía de entrenamiento para tanto sobresalto.
El error de la tercera frase reside en haber omitido la preposición de, error extendido a otros casos parecidos en que el adjetivo lleva complemento. Ejemplos: Soy consciente de que dejar de fumar es muy difícil. No estamos seguros de que la solución sea fácil. Mi hijo está convencido de que lo conseguirá.
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