EN VENECIA
Casi me es imposible ahora,
Que acabo de llegar, poner en orden
Las múltiples visiones de Venecia.
Hay que seguir allí con toda el alma
Y el cuerpo reventado de tanto caminar.
Las horas de la luz del día bien
Aprovechadas para verlas vivas
En los canales rotos por los puentes
Y el rastro de las góndolas románticas,
En las fachadas donde Palladio puso
Su visión de la vida sobre el mármol
De columna y frontón, en los palacios
Que parecen brotar del Gran Canal
Como chorros de arcadas hacia el cielo.
Y cuando la tarde avanza por las sombras,
Abrazarse al azar al laberinto
De plazas, pasadizos, callejuelas
Donde los pasos suenan a distancia
Y las voces a plácidos susurros,
Hasta soñar despiertos ante el trémulo
Brillar de una farola o la fugaz
Presencia de una mágica escultura
Adornando la esquina de una calle.
No he querido en Venecia ser poeta
Porque Venecia es un poema gratuito.
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