jueves, 4 de marzo de 2010

MIQUEL MARTÍ I POL EN CASTELLANO

Antología esencial


Concluyo hoy esta Antología Esencial de Martí i Pol con poemas pertenecientes a sus últimos libros. Incluyo al final una Bibliografía básica. Espero que este modesto trabajo sirva para conocer un poco más al poeta.



ELS BELLS CAMINS (1987)


En 1987 Miquel Martí i Pol recibe el “Premio Salvador Espriu”, es profesor convidado a la Universidad de Bristol y publica el presente poemario. En él trata el poeta el paso del tiempo como un pretexto para el propio autoanálisis. Incluimos aquí dos poemas donde el poeta proyecta sus vivencias, deseos, recuerdos, ideas en un marco temporal que a veces se refiere al pasado y otras al presente o a lo que tenga que venir.
De pronto la poesía ha pasado de ser discursiva a ser reflexiva y meditada. Los poemas recogidos contienen varias notas comunes: el crepúsculo, el silencio, la sencillez y la brevedad de todo lo que rodea al poeta. Lo que les diferencia es el final: en Geranios el poeta contempla la belleza de la amada, mientras que en Paisaje encendido expresa su convicción de que al volverse a ver con su ella, “toda la quietud será paisaje encendido / reducto de designios y esperanzas”.

Geranios


Pronto será oscuro. Me parecen
más lentas las horas y, en silencio,
hago otra vez el viejo recorrido
de mí a mí mismo.
¡Qué poco espacio
necesitamos para vivir y para comprender!
Ahora todo es sencillo,
y en el aire de cristal tintinean las palabras
y su resonancia me embruja.
Para pensarte no cierro los ojos,
contemplo la belleza
armoniosa y dulce de los geranios.



Paisaje encendido


El diamante de tu mirada
corta el aire de vidrio.
Todo es breve
detrás de la cortina que me separa
de la tarde que muere
en medio de un gran silencio.
Cuando volvamos a vernos,
toda la quietud será paisaje encendido,
reducto de designios y esperanzas.






TEMPS D’INTERLUNI (1990)

En 1990 ve la luz este poemario, cuyos poemas incluidos muestran la nostalgia de algo irrepetible, un sonido de su propio cuerpo que se ha debilitado mucho pero que aún escucha íntimamente sorprendido. Además, el poeta se compara a una nave anclada en su puerto silente, mirando lejos, sí, pero ya sin ningún rumbo posible, para entregarse a unos anhelos irrealizables, al sueño imposible de pasear con la amada por una ciudad desconocida y perderse en ella, cuando la realidad es que el poeta se pierde sin moverse, agotado en el camino que no hace, desvalido sin el yo retador que fue un día y que ahora ve alejarse inexorablemente. Aunque en otros poemas advertimos algunos rayos de esperanza.



El camino que no hago


Pasearía contigo por una vieja
ciudad desconocida y me perdería en ella.
Ahora me pierdo también y sin moverme,
y me agota el camino que no hago
y la torpe inseguridad de las horas.
Frágil, el tiempo se me desmenuza entre los dedos,
transcurre absurdamente entre nimiedades
y, desvalido, veo alejarse hasta perderse
la sombra del yo retador y pertinaz
que ha convivido conmigo toda la vida.
Tal vez por eso añoro, melancólico,
poder pasear contigo por una vieja
ciudad desconocida, sin rumbo conocido,
y perderme por las calles más solitarias.



El vacío


Declinar de la luz
por la luz de los márgenes.
Es un mar el crepúsculo
sin rastros de velámenes
con una nave única
que ya no busca rumbo.
Miro lejos. Anclado
en mi puerto silente,
el pasado recuento
por si el tiempo me ayuda
desde un rincón arcano.
Vuelvo atrás con preguntas
que nadie me responde.
Detrás de mi esperanza
no hay nadie más que yo
y la luz que declina
dulzona, suavemente
por la paz de los márgenes.



Otoño


Los geranios disfrutan lentamente
de los últimos soles de la tarde.
Están ya lejos
los crepúsculos largos, calurosos
del estío pasado, y poco a poco
retornan las quietudes placenteras.
Se vuelve hábil la mano, el ojo atento.
Empieza un tiempo nuevo de fe. Es el otoño.

Tal vez si ahora anularas tu mirada
verías que la sombra se ilumina.
Pesados pies de viejo los pasillos
recorren de la casa. Están muy fríos
la casa y los recuerdos.
No te señales metas: haz camino
y espera que la barca arribe a puerto
para escribir sobre la arena húmeda
la brillante señal de tu regreso.

He aquí los libros que has leído
y los años que has vivido.
La misma niebla de la vida borra
a unos y a otros. Se te ha hecho tarde
y la mirada te flaquea ya.
Los otros veranean, y tú sólo
repasas libros, años, balbuciendo.
Vale más que dejes a los sabios
el papel de pensar. Bastante tienes
viviendo tú y oyendo lo que dicen.


Siete primaveras sin pájaros ni flores.
La historia así también puede escribirse.
No renunciar nunca a este silencio
tiene que ser el modo verdadero
de asumirlo mejor y enriquecerlo.
Y ahora no hay desorden ni sorpresas,
fluyen los versos clara y lentamente
y el bosque es como siempre denso y manso.
Alzando los puños alcanzas a la luna.

La sombra del mar ha acallado a los pájaros.
El sonido sombrío de las hachas atroces
se escucha muy lejano. Agito el vaso
y los dados arrojo. La fortuna
es una niña que me mira siempre
desde el fondo del tiempo con los ojos
clarísimos y ríe maliciosa.



Ningún gesto de más.
Todo está medido, todo es breve.
El orden perfila la extrema soledad
y convierte el juego en profecía.
Ningún gesto de más.
Y el lento transcurrir de las palabras
que no transforma en polvo este silencio.


Más allá de la ventana, espumas
y ruinas. Esta tarde
debe pesar mucho.
Y evoco tardes dulces
con rostros bien propicios.
Demasiado he vivido, los recuerdos
son la hiedra que trepa tesonera
por muros de existencia bien vivida,
y yo me veo crecer, y me edifico.


Más austero que nunca, más adusto,
ahora que podría aparentar
una actitud lejana, displicente,
trato de mantener tensa, bien tensa
la cuerda de los versos y la tela
de esta vida profunda y vehemente
que me toca vivir. No decaeré.
Lo hago por mí y lo hago por todos.
Hay un ámbito cierto y un incierto sino:
Ámbito y sino los llena cada uno.
La muerte verdadera es decaer.


A veces cae una cortina espesa
sobre todo y todo se transforma en ruina.
No es el silencio y es más que el silencio.
Flotan palabras en un inmóvil mar,
y toda la habitación es luz y estallan,
inútilmente, angustias y proyectos.
Nada me arrastra más de esta hora negra
como cerrar los ojos y entrever
entre nubes quiméricas la imagen
de una chica de cuerpo escultural
propicio al juego y al bullicio amable.




SUITE DE PARLA (1991)


En 1991 Martí i Pol obtuvo el “Premio de Honor de las Letras Catalanas” y publicó el poemario que nos ocupa, escrito casi en su totalidad en el pueblo ampurdanés del mismo nombre, durante una estancia en casa del cantautor Lluís Llac. Aquí incluimos un poema en el que el juego de vivir se hace necesario para no perder el recuerdo de la amada, que es el hilo que lo sigue atando a la vida.


Juego a vivir nada más, porque tengo miedo
de romper este embrujo con cualquier
gesto insólito, con cualquier palabra
que no se adapte como otra piel
a la piel suavísima del tiempo.
La tarde es un adagio. Bien solo
en el corazón de la dicha,
escucho la remota sinfonía del mar
En la concha de tu recuerdo
que siempre me acompaña,
y sólo juego a vivir para no perderte.







DESPRÉS DE TOT (2002)


Para terminar esta breve Antología, escogemos del presente libro un poema cuyo significado nos remite al fin cercano del poeta y a su convicción de que ya forma parte del ejército de los derrotados, en un equilibrio difícil de mantener. Sólo le queda hablar consigo mismo y recordarse cuando era un niño envuelto por juegos y aventuras. Pese a todo, y dentro de la expresión contenida de Martí i Pol, no vemos llantos innecesarios sino serena resignación ante el destino que le aguarda.

Callejón sin salida
Instalado en un frágil equilibrio,
receloso y con miedo, deshago propósitos
y formo con los vencidos.
Algún recurso debe haber con tal
de describir la ausencia de la ausencia
y dialogar con los dioses y los hombres.
Ahora sólo hablo conmigo mismo
y recuerdo de cuando hace sesenta años
jugábamos al escondite y yo paraba.




BIBLIOGRAFÍA

M. MARTÍ I POL-- Autobiografia, Barcelona, Empúries, 1984
-- Llibre d’absències,Barcelona, Empúries, 1984
--100 pàgines triades per mi, Barcelona, Ediciones La campana, 1987
--Els bells camins, Sant Boi de Llobregat, Llibres del Mall, 1987
--Temps d’interluni, M. M. i Pol, Barcelona, Ediciones 62, 1990
Antología poética, Barcelona, Proa, 1982.
M. MARTÍ I POL--Obra poética / 1 (1948-1971), Barcelona, Ediciones 62, 1989
--Obra poética / 2 (1972-1980), Barcelona, Ediciones 62, 1990
M. MARTÍ I POL--Selecció de poemes, Generalitat de Catalunya,
Departament d’Ensenyament, 1999
Avui, (dimecres, 12 de noviembre del 2003)

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