miércoles, 10 de marzo de 2010

MEMORIAS DE UN JUBILADO

Los jurados de premios de Literatura








Hace unos días, como desde hace 27 años, me llegaron del Ayuntamiento de Cerdanyola los cuadernos de poesía que concursan al Premio Viernes Culturales, de cuyo jurado soy miembro. Sí, hace ya veintisiete años que fundé dicho premio junto con los poetas Antonio Matea y José Carreta, ya desaparecidos y con los que también fundé la tertulia del mismo nombre, siempre muy bien acompañados en uno y otra por la poetisa Encarna Fontanet y el historiador Miquel Sánchez. Desde entonces acá ha llovido mucho. Y tanto el Premio como la Tertulia han sufrido variaciones. De esta última sólo queda el buen recuerdo de nuestras reuniones en el Ateneo y algunos actos culturales y poéticos repartidos por igual entre el mencionado organismo, la Biblioteca de Can Altimira y el Centro Enrique Granados, todos de Cerdanyola. Del Premio hay mucho más que decir. Por ejemplo, que al principio las deliberaciones sobre el posible ganador las hacíamos en casa de la mencionada poetisa Encarna Fontanet, quien nos regalaba con una hospitalidad exquisita y entre dulces y licores llevábamos a buen término el objetivo que nos había reunido en su casa. Luego las hicimos en Can Olivé, durante una comida que sufragaba espléndidamente el Ayuntamiento de Cerdanyola, al que desde aquí agradezco todos sus esfuerzos y atenciones. Finalmente, el consistorio de la ciudad, que era realmente el que corría con todos los gastos, incluidos el de la cuantía del premio y la publicación de la obra ganadora, institucionalizó una noche literaria para la entrega de los premios literarios de la ciudad (al de Viernes Culturales, hoy Divendres Culturals, se le añadieron otros, narrativos y poéticos, como el de Valldaura o el de Martí i Pol), hasta que hace un par de años, por motivos económicos, ha quedado reducido a un acto de entrega de premios en el Centro Enrique Granados seguido de un refrigerio.

Desde muy pronto he estado vinculado a los jurados y entregas de premios. Perteneciendo a la tertulia de poesía del poeta de Linares Jurado Morales, ya fui miembro del Premio de Poesía de la Casa Regional de Murcia, y de la de Aragón, y guardo recuerdos imborrables de aquellos días. Y también de la entrega de premios de cuentos en un colegio de Teiá, en el que me cupo el honor de abrir el acto con una conferencia sobre la historia del cuento en España. Del buen rato que allí pasé guardo un buen recuerdo y un libro de Lola Anglada sobre las Costumbres catalanas que las autoridades del colegio me regalaron y que aún releo de vez en cuando.
Pero es del jurado del Premio de Poesía Don Balón del que conservo en la memoria momentos muy divertidos, primero como ganador del primer premio que se entregó en 1987 a mi poema titulado Dioses contra la derrota y que recibí de manos de la novelista Mercedes Salisachs, y posteriormente como componente del jurado junto a conocidas figuras de la poesía y el mundo del espectáculo y la canción como Manuel Alcántara, Pedro Ruiz o Joan Manuel Serrat. Recuerdo con cariño a su patrocinador Rogelio Rengel y a su mujer Teresa, personas de una generosidad sin límites. ¡Qué emocionantes momentos viví en el Ritz compartiendo mesa con personas amantes del deporte y la literatura! Y en otros sitios distinguidos como la sede de la Revista Don Balón en la Diagonal mientras coincidíamos los dos jurados, el de Poesía y el de Novela, entre cuyos componentes figuraban los desaparecidos José María Gironella o Vizcaíno Casas, por citar dos nombres. Allí aprendí mucho de ellos de la vida y de la literatura, y desde aquí quiero hoy agradecérselo.

Y volviendo al Premio de mis amores, el de Divendres Culturals, en abril nos reunimos los miembros del jurado en el Ateneo para las deliberaciones. Espero que acertemos con el libro merecedor de ser editado, como tantas otras veces, aunque debo decir que también ha habido años en que hemos declarado desierto el Premio por falta de calidad.

1 comentario:

  1. Esta entrada me ha traido muchos recuerdos de José Jurado Morales, del que tengo en casa varios libros suyos de poesía dedicados de mediados de los años 80. Yo tenía entonces poco más de 20 años y sigue apasionandome la poesía. Me ha dado mucho, y me sigue dando.

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