MIGUEL DELIBES
Un libro se ha cerrado
Y en el Campo Grande sopla
Un viento fuerte en los paseos.
Un hombre, un escritor, un cazador
Que por aquí soñaba
Se ha ido a trabajar con el silencio
Su mejor estación: la de los surcos
Que siempre están brotando entre perdices
Y chopos mañaneros. En el valle
Vive siempre Daniel con sus amigos
Entre aventuras y amores y cucañas
Que no temen al miedo.
Sus lectores vivimos mientras tanto
En las historias que sembró en mil páginas
Con un idioma humano
Tan limpio como el aire de Castilla,
Tan austero como sus moradores,
Tan rotundo como la certidumbre
De que también nos llegará la sombra
Alargada del ciprés un día. Ahora
Suenan en los paseos del estanque
Sus pasos más tranquilos hacia el alba.
La señora de rojo sobre fondo
Gris le espera con los brazos abiertos.
Muy buen homenaje para un escritor con una narrativa tan peculiar, directa y seca como sus tierras donde vivía
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