domingo, 5 de julio de 2009

DE VISTA, DE OÍDAS, DE LEÍDAS

El libro en crisis


Como era de esperar, el libro también está sujeto al mazazo de la crisis que estamos viviendo. Unos datos bastarán para situarnos. Según la Federación de Gremios de Editores de España, el comercio interior del libro presenta los siguientes números: en el primer semestre de este año 2009 las ventas han descendido un 6% respecto de 2008 (los meses de enero y febrero, concretamente, fueron desastrosos porque presentaron bajadas alrededor del 40%), y la facturación, con respecto también al año anterior, ha sufrido un descenso de un 10%. Respecto al comercio exterior, también se ha visto seriamente mermado. Y eso que se ha probado de todo, incluido el abaratamiento del libro con lanzamientos de nuevas colecciones, como el tan traído y tan llevado Libro de Bolsillo. Pero la realidad está ahí. Las librerías devuelven alrededor de la mitad de los libros que les llegan desde las editoriales, que por otra parte no paran de aumentar los títulos editados. Un dato de la misma Federación: en 2008 se publicaron 2500 libros más que en 2007, en total, 73.000 títulos (casi 368 millones de ejemplares, una barbaridad). Y lo malo de todo esto es que no se lee más. Leen los que siempre han leído. Causa una pena infinita oír decir por la televisión a algunos de nuestros deportistas de élite que no han leído un libro en su vida. Pero este es otro tema. ¿Y qué soluciones proponen los de la Federación de Gremios de Editores de España para paliar el problema? En primer lugar, seguir con la tónica de abaratar el precio del libro, aunque desgraciadamente se ha visto que el libro de bolsillo no acaba de triunfar en España; en segundo lugar, reducir el número de títulos editados, y en tercer lugar, ajustar los pedidos previa consulta de las editoriales a las librerías. ¿Darán resultados positivos? Esperemos que sí. Mientras tanto, refugiémonos en los clásicos, que nunca pasan de moda y aconsejan siempre la prudencia y la discreción, dos virtudes que parecen desconocer quienes sólo buscan un medio de lucro fabricando libros como churros, y me refiero aquí, primero, a esa moda tan corriente hoy entre los "famosos" a querer publicar sus memorias, biografías y cuentos por el estilo, y, segundo, a la insaciable codicia de las grandes editoriales por darles riendas sueltas.

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