SEMILLAS A LA ESPERA
Sobre la tierra roja de la huerta quedan en pie los fantasmas de las cebollas, orgullosos de haber sido condimento y alegría de la mesa hasta no hace mucho. Cuando la brisa sopla (sopla tan poco en este agosto nuestro), sus hermosas cabezas bailan valses que los mejores bailarines sueñan con bailar algún día. Bailan y muestran el tesoro de sus semillas bajo el sol, a la espera de que el sabio hortelano elija el tiempo propicio para enterrarlas con unción en esta tierra roja, fecunda y maternal, de su huerta. Soñad, soñad al sol, bellas cabezas; bailad vuestros valses secretos en espera del tiempo de la siembra. Y volveréis a ser condimento y alegría de la mesa.
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