jueves, 1 de marzo de 2012

El poema del mes

EL RÍO


El río
cantando le despierta de su muerte
allá en su infancia viva,
y en su ruido reviven las sorpresas
de lo que pudo ser entre cangrejos
y azudas y baños a piel pura
cuando la vida era sol y arboledas
y un beso de niña entre pañuelos.
Hacía falta Dios y algo de loca
inconsciencia para mirar la muerte
como se mira a una vía de tren
o a un río que muele el trigo blanco.
Y Dios se iba a jugar su fe de vida
a su lado en el puente mientras todo
se esfumaba allá abajo,
en la corriente del tiempo y del río.


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