lunes, 19 de marzo de 2012

De vista, de oídas, de leídas

Paco Valladares

Se ha ido a los 76 años el español que mejor recitaba la poesía desde hace mucho tiempo, Paco Valladares. Pronunciaba las palabras acariciándolas, dándoles todo el sentido que tenían, el denotativo, el de andar por casa en zapatillas, y el connotativo, el que llamaba a las puertas del corazón de quien tenía la suerte de estar escuchándolo. Si era prosa, le regalaba el don de la aristocracia, de la finura y la elegancia, y si era verso, el río pronunciado, las estrellas mencionadas, los labios de una mujer citados, se convertían en singulares, en únicos, en irreemplazables, ya fuera el río Duero (el de mi infancia), las estrellas de Neruda o los labios de mujer soñada por Gustavo Adolfo Bécquer.
Francisco Valladares Barragán, éste era su nombre verdadero, nació en Pilas (Sevilla) en 1835 y fue conocido, sobre todo, por su labor teatral, si bien su voz profunda y modulada, única, le hacía inolvidable cuando recitaba poesía. Yo así, por lo menos, es como lo recuerdo y lo recordaré siempre. Hace poco en uno de mis viajes, oí recitar a un compañero La profecía, de Rafael de León, y enseguida recordé el modo inefable con que Paco Valladares sabía trascender la palabra de este poeta y de cualquiera que se le pusiera por delante, desde a los citados a Juan Ramón Jiménez, cuya composición El viaje definitivo, supo decir como nadie. En homenaje a él, incluyo la recitación que hizo de la conocida poesía.

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