Homenaje a Cezanne
Floreros, frutas, platos que se encienden
bajo la luz que tiembla en las cortinas.
Aquí no viven sombras: aquí prenden
llamaradas en todas las esquinas.
Limones amarillos que enloquecen
de amor junto a naranjas encendidas.
Blancos de porcelana que estremecen
las sombras del mantel, tan atrevidas.
Y las manzanas, sanas, coloradas
cantando alegres el presente activo
entre ropas blanquísimas, plegadas,
y el busto de un Amor siempre tan vivo.
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