martes, 22 de octubre de 2013

VIVIR, SÓLO VIVIR

 
 
 
Hace dos días celebramos la familia nuestra reunión anual. El lazo aglutinador es el hermano con mayor edad, que, tras la marcha de nuestros padres, decidió juntarnos a todos los demás, con nuestras correspondientes familias, para recordarlos y agradecerles que nos dieran la vida. Ha pasado mucho tiempo desde la primera reunión y hasta la fecha han ido llegando a la familia nuevos miembros, cuñados, sobrinos, nietos..., por lo que ahora formamos un racimo tan hermoso como abundante. Y para cada reunión yo iba preparando un poema que la recordara. El poema leído en este último encuentro se titula como la entrada y es el siguiente:
 
                                 A Nato
 
Vivir, sólo vivir como hasta ahora,
disfrutando lo bueno de cada hora,
y no pensar en lo malo que un día
pueda llegar.
En esto está el secreto, y en no sufrir
demasiado en la piedra que hay que subir;
porque subiendo, pese al esfuerzo duro,
se va viviendo;
que, aunque aguda es la espina, sigue la rosa
perfumando la mano de quien la toca.
Ése es el precio que pagamos gustosos
por tener tiempo;
por tener aún mañanas en el camino,
una caricia nueva y un nuevo libro,
y la cerveza que nos sabe a esperanza
y a vida buena.
Vivamos sin buscar preocupaciones,
cercanos a los nuestros y sus razones,
y no esperar milagros que nos confunden
la luz y el pan.
Vivir, sólo vivir,
y alguna vez soñar.
 
                 Caldetas, 20 de octubre de 2013

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