domingo, 8 de diciembre de 2013

CRIATURAS INTEMPORALES



Monje a la orilla del mar, de Friedrich

















Pensamientos solitarios hacia el viento
del recuerdo. Una línea
de olvido llena de humo,
lo que nadie espera ya, 
lo que un día fue y ahora se aleja
por los lechosos horizontes del deseo
de Friedrich.
Oscuridad presente
como un mar sin gaviotas,
sin quillas y sin velas:
¡un llanto de silencio!

Esto no es óleo sobre lienzo sólo:
es soledad de un corazón al borde
del terror a la muerte, una idea
religiosa desprovista de un alma,
cuerpo de monasterio deslumbrado
en una costa anónima, un acento
de carne sobre un mundo sin sentido
donde el demonio campa sin descanso.

Es más que óleo pintado: sombras
que nadan sobre un mar sin mañana,
nieblas que explayan su misterio
en un aire encogido,
anhelo en vilo de un pintor que recuerda
acaso un sueño que alguna vez vivió.

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