En la serranía existe un paisaje de piedra y árbol hecho para la imaginación. Un paisaje donde manda la lluvia y el silencio. Y la piedra calcárea pone el resto. Ciudad Encantada lo llaman los lugareños. Y nosotros, en brazos de la imaginación, caminamos a través de los senderos de gravilla entre animales fabulosos, puentes y entradas ojivales de conventos sin frailes, espectadores de besos ciclópeos y luchas descomunales. Un paseo por el mundo de la eterna admiración. Piedra y árbol. Y visitante extasiado, émulo de Alicia en el país de las maravillas... pétreas. Durará lo que quiera el poder imaginativo.
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