El pintor zamorano Manuel Barrio Nicolás acaba de exponer en el Palacio de la Encarnación de Zamora 55 cuadros que hablan bellísima y líricamente del Camino de Santiago que él conoce tan bien, Esta muestra es de momento la última hornada de su labor pictórica (a la espera de la siguiente) caracterizada por su minuciosidad y su modo singular, tierno y entrañable, de plasmar en ventanas abiertas a la imaginación y al sueño, otra realidad limpia y primigenia de luz y color, línea y volumen, manifestación del cuidado exquisito con que trata cada uno de los motivos elegidos para esta ocasión. que vuelve a ser pura poesía pintada.
Las ventanas abiertas a la ensoñación presente retratan con pasión de poeta (su mirada sigue estando enamorada) cuanto llama su atención en el camino recorrido esta vez. Por ejemplo, las marinas de Lavos, Tocha... son visiones del Portugal que lleva en el alma. O la arquitectura urbana y rural, del Camino de Santiago (Galicia y Asturias se llevan la palma). Visiones líricas de lugares entrañables de A Coruña, Pontevedra y Lugo, y de Ourense capital...
En total, como queda dicho, más de cincuenta composiciones donde los colores (la paleta de Manuel Barrios es tan extensa como intensa y viva, sugeridora y lírica), las líneas, los volúmenes, las luces, las sombras, las veladuras y las nieblas se armonizan sabiamente para alzar la vistosidad y carnadura de los edificios y construcciones, plazas recoletas y otras mayores con fuentes, hórreos, castillos (el de Peñafiel, un águila de piedra azul abriendo sus alas sobre el pueblo extendido a sus pies), catedrales (la nuestra, vista desde lejos, tal vez desde nuestros barrios de Cabañales, El Sepulcro, San Jerónimo o la plasmada desde el soto de San Frontis, junto al Duero... ambas impresionantes: casi podemos oír los tañidos de las campanas de la Torre del Salvador venir volando sobre las huertas hasta nosotros o asomada al río.
Igual fuerza pictórica muestran las marinas (rocas imponentes, playas y olas con penachos de espuma, bañistas extasiados en su momento más feliz, puertos paternales abrazando todo tipo de embarcaciones... En esta muestra que nos regala ahora Manuel Barrios Nicolás queda de manifiesto el paso gigante que ha dado en su carrera pictórica, en su estilo, propio, ganado a pulso con trabajo, talento y dedicación. Y estoy seguro de que su carrera artística seguirá regalándonos nuevas ventanas abiertas a la imaginación porque él es un pintor peregrino de caminos y visiones.
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