sábado, 17 de abril de 2021

RELÁNGRAFOS DE LITERATURA, ARTE y MÚSICA (I)

 

LITERATURA

 


Para que un poema posea marchamo de calidad no es relevante conocer el nombre de su autor; basta con que contenga una idea para hacer pensar, una emoción para hacer sentir y una musicalidad que produzca gusto al leerlo o escucharlo.

 

La muerte de Venecia, de Barrés, resucita en mí recuerdos palpitantes que la ruina romántica de la ciudad del agua hace actuales.

 


La aceptación de un libro se renueva ante una nueva promoción de lectores. Y al contrario, un libro que fue aceptado en una época puede ser rechazado con la misma facilidad en la siguiente.

 

A Cunqueiro le brota limpia la rama de poeta cuando habla de las damas del pasado, tales como Archipias, Flora o Blanca de Castilla.

 

La obra de Maeterlinck es una constante reivindicación de la fauna más humilde y menospreciada por el hombre: abejas, hormigas…

 

Tagore: un poeta que siempre amó la belleza, pese a no lograr encontrarla nunca a su alrededor.

 

Aunque a muchos no agrade saberlo, la poesía nació antes para cantar y celebrar acciones bélicas
que para hablar de sentimientos íntimos; de ahí que la épica se adelantara a la lírica.

 

Lope de Vega tuvo suerte de vivir cuando vivió: paseó su cuerpo por un jardín de pasiones carnales y salvó su alma con la Poesía.

 

Un poema debe ser algo bello, emotivo, aleccionador.

 

Apolinaire es, líricamente hablando, el poeta infantil por excelencia.

 


El Cristo de Unamuno, a través del Cristo de Velázquez, es un Cristo de amor elemental, sencillo, pegado a lo cotidiano, universal y telúrico.

 

Para un poeta que ama la belleza del Arte y la Literatura, lo peor que lleva es el combate diario entre el yo que quiere afirmarse y el entorno social que le es contrario.

 

 Lo que el verso no ha cantado todavía está siempre cantando aquí en la vida, entre nosotros.

 

Cuando Barrés habla de Venecia, al conjuro de sus palabras aparecen ante mí, vivos y palpables, los canales con góndolas y los puentes con personas coetánea de Vivaldi.

 

Lo malo de obsesionarse con el tema de Dios a la manera como lo hicieron por ejemplo Tolstoi y Unamuno, es olvidar, como ellos, que sólo podemos acercarnos a Él siguiendo el camino de la fe más elemental y humilde.

 


Puede que en Florencia prevalezcan los mármoles arquitectónicos y las pinturas renacentistas, pero las voces de Dante y compañía a veces son anuladas por el griterío de las hordas turísticas.

 

 Leer Intemperie (2013), de Jesús Carrasco, es abrir la página más dura y salvaje de Castilla, donde el poder omnímodo de su clima inclemente y seco suma sus fuerzas inhumanas a las del hombre poderoso para el que el resto de la humanidad es menos que una escalera para subir más alto.

 

Desearía que mis poemas fueran mensajes humanos: llamadas a la emotividad y a la sensibilidad del lector.

 


 El poeta más loco, más borrachín y peor vestido de todo París escribía como el ángel más cuerdo y más elegante del cielo. Fue Verlaine.

 

Apolinaire limpió las polillas de la ropa vieja de la Literatura.

 

 Intemperie es la novela de la supervivencia.

 

Los versos se deshojan como los pétalos de las rosas; pero aun sin los pétalos, además de alentar la emoción y la belleza, los versos siempre llevarán el perfume de la poesía.

 


Se puede hablar del folletín en general, como un género menor y de mal gusto, pero nunca del folletín made in Wilkie Collins, como los casos de La dama de blanco o La piedra lunar.

 

Cuando muere un poeta, la belleza y los sentimientos que viven y laten en la Naturaleza se lamentan porque una voz que lo cantaba acaba de enmudecer.

 

Muchos autores de bets-sellers no escriben Literatura (tampoco les importa demasiado), sino libros para entretener.

 

Parodiando a Rocamora, pienso que la poesía, cuando es sincera y sale del alma, tiembla siempre entre el amor y la verdad.

 

En sus Historias en Venecia Enrique Badosa nos enseña a poner nuevos nombres a las cosas.

 


El Valle-Inclán de las barbas de chivo acertó a sacar sus doncellas, sus conspiradores y sus frailes del Carnaval que durante mucho tiempo fue nuestra vida nacional.

 

Con Miguel Torga, seudónimo de Adolfo Correia da Rocha, novelista, articulista y poeta portugués y autor, entre otros, de Diarios y su largo libro de memorias La creación del mundo, levanto mi copa por los poetas auténticos y bebo en su honor el dulce vino de la paz y de la amistad.

 

Uno de los aciertos de la novela Intemperie, de Jesús Carrasco, estriba en compensar la aridez de la tierra que le sirve de marco con la personificación de los elementos del paisaje, costillas, dientes, esqueleto…



  La amistad para Dante se sublima con la muerte. Tal vez por eso a sus amigos vitales lo coloca en su Paraíso, mientras condena al Infierno a aquellos por quienes no mostró en vida ninguna clase de empatía.

 

La poesía es siempre un sueño escrito.

 

Nacido con alma normal, le pedí un alma nueva a la Poesía, y cuando me llegó, ya algo mayor y resabiado contra la vida, descubrí que la vida es el regalo más hermoso.

 

Parodiando a P. D. James, la poesía no les gusta a dos clases de personas, especialmente: a los engreídos y a los malos poetas.

 

 Escribir poesía es intentar hacer milagros cotidianos con las palabras.

 


Respetuosamente discrepo de Simenon cuando dice que él no suele viajar porque todos los sitios son iguales y en todos ocurre lo mismo. Pienso todo lo contrario y por eso viajo constantemente porque no hay dos sitios iguales y porque aprendo siempre en cada uno de ellos algo diferente. Afirmo más: Viajar es enriquecerse viendo nuevos monumentos e informándose de la historia de cada uno de ellos, así como conociendo y viviendo las costumbres y las maneras de vivir de los habitantes del lugar visitado.

 

Que no piense nadie que el escritor de hoy en día, medio náufrago en un mar de informática, medios de comunicación, industria cultural, nuevas tecnologías y toda esta parafernalia que los acompaña, se vaya a entregar a una celebración de la cultura de masas por sí misma y a una peligrosa y tibia actitud ante la vida que lo rodea. Sería su muerte como escritor.

 

En la avenida de los Aliados, Almeida Garret se quita un guante para recibir a la Poesía que desciende del cielo.

 

Me gusta la aparente sencillez de algunos poemas porque, tras su primera lectura, se advierte en ellos el misterio del pozo sin fondo que asusta y nos convierte a sus lectores en afortunados descubridores de mil secretos apasionantes.

 

El “suspense” es la principal característica del género policíaco que agrada más al lector y espectador en el momento de ponerse a leer y ver por primera vez la novela y el film de dicho género. Pero una vez leída la novela y visto el film, es lo que más odian.

 

Una vez me atreví a continuar la rima de Bécquer: “¿Qué es poesía?, dices mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul. / ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? / Poesía eres tú.” Tú que con el cielo de tus ojos extiendes sobre mí un palio de ternura y esperanza.


 

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