lunes, 5 de octubre de 2015

MANUAL DEL SOLITARIO. EL POETA (I)



Antes de escribir un solo verso, debes aniñarte el alma.

Cuando des por terminado tu primer poema, comprueba que, al menos, encierra una idea para el cerebro, una imagen para la vista, una música para el oído y un sentimiento para el corazón.

Antes de escribir el primer poema, mucho antes de escribir tu primer verso, frecuenta la lectura de los grandes poetas; ellos son, sin pretenderlo, los verdaderos maestros.

Lo que nunca debes hacer es seguir recetas para escribir, porue lo que es conveniente para preparar un buen plato se convierte en perjudicial para confeccionar un solo verso que sea verdadero.

No soy del parecer de ciertos teorizadores de la materia cuando aconsejan a sus alumnos que para escribir deben convencerse de que son mejores que Cervantes. Sin humildad y trabajo, en el que se incluye la lectura de los buenos poetas, no se llega ni a la mitad de la montaña que se pretende superar.

Por eso prefiero anteponer a los que la moda literaria ha dado en llamar Talleres de Escritura, los Talleres de Lectura. Porque la lectura provechosa es la llave que abre la puerta de la buena escritura.

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