jueves, 11 de abril de 2024

ESPINELAS POR UNA VOCACIÓN

 


Soy poeta porque quiero,

y, albañil del buen poema,

alzo el andamio del tema

con hierro y tablas de obrero.

Y el dolor es lo primero

que amaso en mi propia mano

con amor al ser humano

que conmigo hace la historia.

Dolor, amor y memoria

son mi verso castellano.

 


Escribo para encontrar

lo que siempre ando buscando:

la palabra que, aun callando,

quiere hablarme sin cesar.

Es el arte, es el azar

que en la noche más oscura

me alivian esta tortura

de buscar en soledad

la más alta claridad

de la poesía pura.

 

Mientras escribo un poema,

vivo una arcana aventura

de tristeza y de locura,

de sombra y de luz que quema.

Más que el sentido del tema,

importa el camino oscuro

y el esfuerzo puro y duro

por vestirlo como debe.

La palabra exacta y leve

y el sentimiento más puro.


 

La poesía es belleza,

arte, equilibrio y amor,

pero también es dolor,

miedo, fracaso, tristeza…

Cada verso es una pieza

del puzzle fiel de la vida,

y hay que alzarlo con medida,

con andamio de verdad.

La poesía es la edad

ardientemente vivida.


 

Las musas no vienen solas

a sacarme del problema

en que me ha puesto un poema

de arena ahogada en las olas.

Sólo el fiel trabajo a solas,

el acierto y el dolor

pueden traerme el favor

de las requeridas musas,

que entre palabras confusas

me dan un verso de amor. 

 

 



 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario