4
La piedra es la discreta quietud
en que maduran gestos y miradas,
cansados del jaleo y el desahogo.
La inmensidad ha de tener marco de piedra
que mida quizás una mano de niño
cálidamente ingenua. Paz
entre paredes solemnes que me recuerdan
cantos y charlas, ganancias de solitario
que no rechaza ningún opaco espejo
para amar dignamente la existencia.
5
Alguna cosa leve, imperceptible,
que sin embargo mueve voluntad y empeño
en persistir, cuando la sombra de las aves
de presa es más hazaña. Vuelvo atrás
para admirar el ocaso en la ventana
de los años vividos. --Tarrasa, el viento
agita las ramas y el sol dibuja eses--.
Sólo quiero este silencio denso
y alguna cosa leve, imperceptible,
en que, miedoso, me reconozca al menos.
6
Pero la vida es más que este vaivén.
De verso en verso, la niebla de los sueños
es el agua de la noria que levanta
su luz muy por encima del gesto
y la voz que lo remacha. Entonces
es preciso jugar a todo o nada para ser
leal a la dureza que proclama
la voluntad de persistir, sabiendo
que el resultado será impreciso y frágil
como una cabriola, como un deseo.
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