viernes, 3 de abril de 2009

CONEXIÓN

CONEXIÓN. Número 7. 15 de abril de 2009. Tossa de Mar.


EL POEMA

Versos a Antonio Machado


















He venido hasta tu piedra
para decir en voz alta
versos y sueños que en vida
viviste al filo del alma.
Desde aquel patio andaluz
donde juntos maduraban
tu niñez y el limonero
hasta la hiel de estas tapias
donde los cipreses copian
la lumbre de tu mirada.

Versos y sueños de vida,
de fieles norias que cantan
en sapientes cangilones
la pureza de tus aguas.
Soledades, galerías,
caminos de amor, calladas
alamedas junto al Duero
de la Soria castellana.

En todas partes tu voz
de sustanciosa palabra
habla de la soledad
de un corazón que buscaba
entre la niebla a ese Dios
que acostumbra a dar la espalda.

Aunque al final lo encontraste,
poeta de las dos Españas,
cuando llegaste a Collioure
con tu nave aparejada,
bien ligero de equipaje
y arriada la nostalgia.

Descansa junto a tu piedra
en este rincón de Francia,
a un paso del río eterno
y a otro de la mar blanca.
Que hoy he venido a cantar
con la voz serena y clara
versos y sueños que en vida
viviste al filo del alma.



EL RELATO

Una lectura


De repente, decido dejar de leer La tregua, de Benedetti, que saqué hace dos semanas de la biblioteca de Tossa. Es una novela diario donde el narrador, un hombre viudo de cincuenta años que va a jubilarse en unos meses, consigna su vida normal, casi anodina, en relación con la gente que trabaja con él en la oficina y con los hijos que viven bajo su mismo techo. Apenas ocurre nada salvo que un día conoce a una nueva empleada de su oficina llamada Avellaneda de la que se enamora. Le da entonces por imaginarse su vida junto a ella. Hasta que un día le confiesa su inclinación amorosa. La chica, de treinta años, que acaba de dejar a su novio, acepta compartir con él los fines de semana un apartamento que acaba de adquirir el hombre. Hacen el amor, parecen quererse y el hombre cree que es feliz junto a Avellaneda. Y esto me basta para interrumpir la lectura de La tregua. Así que yo, jugando con las palabras, doy definitiva tregua a mi lectura del diario de este hombre que parece contento en medio de su aburrida vida. Ni sus hijos Esteban, Jaime y Blanca, ni su viejo conocido Aníbal, ni los recuerdos de su mujer difunta… son ya importantes. Sólo el amor que acaba de encontrar en Avellaneda y su nido de amor compartido. ¿Que con el tiempo todo acabará? No lo sé ni me importa. ¿Que seguirán amándose hasta el final de la novela? Ídem. Sólo me interesa conocer ese presente feliz que el oficinista está viviendo en la página donde decido despedirme de su vida.



LA NOTICIA

Terremoto en Italia


Sigue la Naturaleza sembrando la muerte en el mundo. Ahora le ha tocado al centro de Italia y ha sido por medio de un terremoto. El pasado 6 de abril un seísmo de 6'3 grados en la escala de Richter, según algunas fuentes, se cebó con la zona de l'Aquila, en los Abruzzos, y hasta el momento de redactar esta noticia ha causado cerca de 3oo víctimas mortales y más de 1500 heridos, y cerca de veinte mil personas han perdido sus hogares. Lo que aún no se acaba de entender es que todo haya ocurrido tan trágicamente pese a que, según algunas fuentes, un geólogo del propio país damnificado predijese el movimiento sísmico unos días antes. Se trata del científico Guiliani, que con un sistema de su propia invención predijo un mes atrás que un terremoto llegaría a esta zona de Los Apeninos italianos. Pero he aquí que ha vuelto a reinar la insensatez del género humano, esta vez en las mentes de las autoridades, que desacreditaron a Giuliani y le ordenaron que no alarmara innecesariamente a la población. Y ahora hay que llorar todas esas muertes, si no son más. Afortunadamente un grupo de estudiantes españoles de Erasmus que se hallaban en l'Aquila han resultado ilesos de la catástrofe. Todos ellos fueron traslados al aeropuerto de Fiumiccino y de allí volaron a España. También conviene consignar que otro súbdito español que se daba por desaparecido ha sido encontrado con vida y en estos momentos se halla hospitalizado en un centro sanitario de la zona. Finalmente, a la hora de cerrar esta edición una mujer española, residente en la zona y casada con un italiano se halla en paradero desconocido. Esperamos que aparezca pronto sana y salva.


















EL COMENTARIO



Errores judiciales



Hay errores a lo largo de la vida que unos y otros cometemos sin que se deriven de ellos males mayores. Me refiero a los errores cotidianos y vecinales en que los hombres de a pie solemos incurrir y que acto seguido, con buena voluntad por parte de todos, el posible problema provocado por ellos queda solucionado. Sin embargo, existen otros errores que por su trascendencia perjudican a una serie de sistemas colectivos, ya sea de orden politico, moral o judicial. Hace unas cuantas fechas nos referíamos desde estas páginas digitales a un caso de trascendencia moral, como el de la joven italiana a la que se le practicó la eutanasia. Hace menos tiempo aludimos a un asunto de importancia política de la que se derivó nada más y nada menos que la dimisión de todo un ministro de nuestro Gobierno. Y ahora no tenemos otro remedio que comentar un caso de trascendencia judicial (recordamos de paso aquellos otros errores judiciales que unas veces mandaron a la cárcel a personas inocentes y otras dejaron en libertad a personas en cuyo haber obraban delitos graves que volvieron a delinquir en el mismo tipo de delito y en algunos casos extremos causar la muerte de niños indefensos), ahora, decíamos, nos vemos en la obligación de traer a colación lo que ha vuelto a ocurrir, por decisión de un juez: la puesta en libertad del jefe de una banda de albaneses extremadamente violenta que se dedicaba a asaltar las casas de gente acaudalada, entre la que se contaba un conocido productor de programas televisivos, el cual sufrió, además, una paliza tan desproporcionada que no le causó la muerte de milagro. Según algunas fuentes, el grandísimo error se debió a una descoordinación entre la sentencia judicial, el sistema de prisiones y las fuerzas de seguridad. Todos sabemos que cuando un malhechor comete un delito, interviene la policía para detenerlo y ponerlo a disposición judicial. Luego es el juez, durante la vista pertinente, quien dictamina la sentencia. Si ésta es condenatoria, el reo debe ir a la cárcel. Si durante la encarcelación el preso debe acudir nuevamente a un juicio porque tiene pendientes otros delitos, será otra vez la policía quien se encargue de llevarlo al juzgado y de retornarlo a la cárcel. Algo se ha roto en esta que parece una línea fácil (al menos aparentemente) de seguir. De todo esto se puede sacar una conclusión verdaderamente desazonadora: un simple error judicial o la falta de coordinación entre las fuerzas de seguridad del Estado (guardia civil, policía u otro cuerpo similar) dejan desnuda la seguridad del ciudadano y, lo que es peor aún, dan lugar a la impunidad del crimen. Sólo eso nos faltaba. A una situación económica delicadísma como la nuestra se le unen un sistema judicial y otro policial que están provocando día sí y día también motivos de alarma social en todos los medios de comunicación. esperemos, sin embargo, que unos y otros capturen al fugado y lo pongan a buen recaudo.











OTROS





Cantantes y canciones de nuestra vida

Todos nosotros conservamos en nuestra memoria cantantes y canciones de otros momentos de nuestras vidas en que fuimos más o menos felices. Una de esas cantantes que para muchos de nosotros significó algo muy emotivo en un pasado relativamente reciente es sin duda Mari Trini. Y recordamos a la cantautora murciana por la sencila razón de que el pasado 6 de abril enmudeció su voz para siempre a los 61 años a causa de una larga enfermedad. Ella dijo una vez que la muerte llega cuando el alma se detiene. Puede que sea verdad, pero muchos de sus seguidores dirán que es precisamente ahora cuando su alma seguirá cantando entre ellos. Desde aquel día en que una estrella cayó en su jardín, no ha dejado de mostrarnos con su desgarrada y entrañable voz las inquietudes vitales que siempre la caracterizaron como una mujer valiente y libre que nadó a contracorriente de las modas existenciales al uso durante varias décadas. Tal vez la letra que mejor la identifica sea la de su canción "Yo no soy esa", que a continuación incluimos:
"Yo no soy esa
que tu te imaginas,
una señorita tranquila y sencilla
que un dia abandonas
y siempre perdona,
esa niña si...no...,
esa no soy yo.
Yo no soy esa
tú te creias,
la paloma blanca que le baila al agua,
que rie por nada
diciendo si a todo,
esa niña si...no...,
esa no soy yo.
No podrás
presumir jamás
de haber jugado con la verdad,
con el amor de los demás.
Yo ya no soy esa
que se acobarda frente a una borrasca
luchando entre olas encuentra la playa,
esa niña si...no...,
esa no soy yo.
Pero si buscas
tan sólo aventuras,
amigos por guardia a toda tu casa.
Yo no soy esa que pierde esperanzas,
piénsalo ya.
Yo no soy esa
que tú te imaginas,
una señorita tranquila y sencilla
que un dia abandonas y siempre perdona,
esa niña si...no...,
esa no soy...
si...no....
esa no soy yo."







Adioses en abril


Parece que el abril de este año es un gran aficionado a las despedidas, a los adioses de gente popular y conocida. Acabamos de hacernos eco de la desaparición de la cantautora Mari Trini y ahora queremos hacerlo de un hombre de la música y de una mujer de la literatura. El hombre es Rudy Ventura; la mujer, Corín Tellado. Rudy Ventura, barcelonés de toda la vida y culé hasta las entrañas, es inseparable de su trompeta y juntos deleitaron los oídos de miles de españoles de los cincuenta y sesenta. Nunca olvidaré aquel "Silencio" que brotaba de su instrumento musical como un largo lamento de amor y sueños. En cuanto a Corín Tellado, asturiana de pro, es la narradora más prolífica que España ha tenido siempre. Sus novelas "rosas" compartían la parte central de los quioscos franquistas junto a las novelas del oeste de Marcial Lafuente Estefanía, otro fenómeno popular de la época. Sus historias de amor encandilaban a millones de lectores. A ella que escribió "Me olvidaste el otro día", no la olvidarán nunca.








La mujer y la Semana Santa






Cuando llega al calendario la Semana Santa, siempre me acuerdo de Zamora, y al instante me veo en la ciudad del Duero unas veces de niño, cuando aún vivía allí, y más tarde de adulto, y ya residente en Barcelona, durante mis constantes regresos a la ciudad natal, apostado en alguna calle, costanilla o plaza para presenciar en primera línea las procesiones de las diversas cofradías que ofrece la rica, a la vez que austera y silenciosa Semana Santa de Zamora. Daba lo mismo la que fuera. Si la procesión tenía que ver con Cristos, igual me daba presenciar la del Silencio, en que desfilaba el Cristo de las Injurias, atribuida a Gaspar Becerra, de la noche del miércoles santo, o la del Yacente, de Gregorio Fernández, que recorría en andas parte de la ciudad vieja la noche del día siguiente, ambos excelentes muestras de la imaginería barroca. Y si la procesión iba de Vírgenes, tanto disfrutaba viendo la de la Esperanza, obra de Aurelio de la Iglesia, que la noche del martes santo se recogía en el templo de las Dominicas de mi barrio natal, como la de la Soledad, magnífica talla que salió de las manos del zamorano Ramón Álvarez, que en medio de un silencio absoluto desfila por la Zamora más nueva flanqueada por dos filas de mujeres enlutadas como la Virgen y portadoras de velo y vela con tulipa. Y ya puestos a hablar de las mujeres que desfilan en las procesiones de la Semana Santa, conviene precisar que todavía hay cofradías que en muchas partes de España no aceptan mujeres entre sus cofrades. Por lo que a Zamora concierne, quitando la cofradía citada de la Soledad y alguna otra, como la de la Esperanza del Jueves Santo por la mañana o la de Nuestra Señora de las Angustias del Viernes Santo por la noche, en las que desfilan mujeres acompañando a sus respectivos "pasos", la mayoría se niegan a admitir mujeres entre sus cofrades. Y eso que este año, sin ir más lejos, la Junta Pro Semana Santa ha recibido cerca de 200 solicitudes para ingresar en algunas de las cofradías zamoranas sin que hayan recibido respuesta alguna. En las manifestaciones populares religiosas no debería haber esa discriminación de género. ¿O es que eso de la igualdad entre hombres y mujeres se va a quedar en un simple formulismo político? Esperemos que sólo sea de momento.


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