lunes, 15 de enero de 2018

PABLO GARCÍA BAENA, HASTA SIEMPRE



 

Ayer, domingo 14 de enero, se nos fue el poeta Pablo García Baena, que había nacido en Córdoba en 1923. Estudió pintura e historia del arte en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba. Consumado lector, desde muy niño ya leía a san Juan de la Cruz (del que antes de cumplir lo veinte años estrenaría en su ciudad natal una versión teatral de cuatro poemas suyos) y luego a Marcel Proust, Juan Ramón Jiménez, Salinas, Guillén y Luis Cernuda, cuya lectura frecuentaría toda la vida. Fundó la revista "Cántico" con los poetas amigos Ricardo Molina, Juan Bernier, Mario López y Julio Aumente. Este grupo de poetas, a los que se unieron lo pintores Moral y Liébana, será conocido con el mismo nombre que el de la Revista. "Cántico", que buscaba más exigencia formal y estética y abierta sensualidad en sus manifestaciones artísticas, estaba ligado directamente con la poesía de la Generación del 27, especialmente la representada por Luis Cernuda, muy elaborada a la vez que vitalista, lo que influyó en las generaciones posteriores, sobre todo en la de lo llamados Novísimos. Volviendo a Baena, su primer libro, Rumor oculto, apareció en la revista "Fantasía" en enero de 1946. Le siguieron otros, entre los que destacan Mientras cantan los pájaros, Óleo, Almoneda o Poniente (con dibujos del propio autor). Su poesía completa se reunió en 2008 en un libro que con introducción de Luis Antonio de Villena editó Visor Libros. Entre los numerosos premios y galardones que su obra ha merecido, sobresalen los siguientes: Premio Príncipe de Asturias en 1984, Premio Andalucía de las Letras en 1992 y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2008.   
La muerte ha silenciado su voz, pero nosotros la reavivamos con nuestro recuerdo.
“Reías. Dependía del color de la túnica,
del color del deseo invadiendo tus hombros
como yedra que repta por estatua de otoño.
Reías.
Era dulce aquel tóxico,
aquel filtro o narcótico del amor en tus brazos:
un dragma de beleño, phelandrio, tejos fúnebres.
Un día te alejaste. Como un golpe de mar
te arrebató, desnuda, la galerna de Europa.
Pienso si salvarías al menos del naufragio
 el samovar de plata.”        (De “Ágata 2”)

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