Antonio Pedrero nació en Zamora en invierno de 1939 y desde niño sintió
verdadera devoción por los pasos de nuestra Semana Santa, que se guardaban en La Panera (almacén de pasos),
situada enfrente del bar que regentaban sus padres, La Golondrina. Sus
primeros pasos como artista los dio modelando con el barro que cogía de los
parques los pasos de la
Semana Santa y pintando en el pavimento de las calles con
tiza imágenes y figuras como la del Guerrero del Antifaz, tebeo que todos los
adolescentes devorábamos con fruición. Su padre exponía sus dibujos en el bar,
donde Julio Mostajo, excelente escultor zamorano, vio una de las obras de
Antonio, Los tres mosqueteros,
y animó a su padre a enviarlo a una escuela de bellas artes. Así fue como en
1947 comenzó a estudiar en la escuela de arte San Ildefonso y más tarde en la Escuela Central de
Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde obtuvo calificaciones
extraordinarias. Acabados esos estudios, Pedrero regresó a Zamora para empezar
su carrera como pintor.
De entonces data el famoso cuadro que colgó de la pared
principal del bar La
Golondrina , hoy derruido (el cuadro se encuentra en la
actualidad en la Caja
España ), donde aparecen importantes figuras de la Zamora de aquel tiempo,
entre las que destacan, entre otras, las de Ramón Abrantes, Claudio Rodríguez y
el mencionado Julio Mostajo.
Tras cumplir el servicio
militar, logró por oposición una plaza de profesor de dibujo artístico en el
Instituto de Zamora, y más tarde en la escuela de Artes y oficios de Salamanca.
A pesar de que Pedrero había comenzado su carrera artística como escultor,
la dejó aparcada durante un tiempo a favor de la pintura.
Pero a mediados de los ochenta
retomó la escultura con la obra El barandales de honor. También esculpió el
grupo del Merlú que en la actualidad se encuentra delante de la iglesia de San
Juan de Puerta Nueva.
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