Dicho lo cual, paso a tratar el contenido principal de la entrada presente, valiéndome de muestras poéticas de obras y autores españoles cuyo tema principal es el mes de mayo.
Por orden cronológico mpezamos con el
Romance del prisionero
Dedicado a mayo se escribió este romance viejo cuyo protagonista es un prisionero que en primera persona cuenta su penosa situación del modo siguiente:
"Por el mes era de mayo
cuando hace la calor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero
¡Dele Dios mal galardón!
Cabellos de mi cabeza
lléganme al corvejón,
los cabellos de mi barba
por manteles tengo yo;
las uñas de las mis manos
por cuchillo tajador.
Si eso lo hace el buen rey,
hácelo como señor,
si lo hace el carcelero,
hácelo como traidor.
Mas quien ahora me diese
un pájaro cantador,
siquiera fuese calandria,
o tordico, o ruiseñor,
criado fuese entre damas
y avezado a la razón,
que me lleve una embajada
a mi esposa Leonor:
que me envíe una empanada,
no de trucha, ni salmón,
sino de una lima sorda
y de un pico tajador:
la lima para los hierros
y el pico para el torreón.
Oídolo había el rey,
mandóle quitar prisión.
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
dele Dios mal galardón.
En tan sólo 16 versos el autor anónimo del romance logra dramatizar la situación del triste prisionero que con su lamento deja patente el contraste entre su oscura y afligida vida y la llegada triunfal y luminosa de la primavera, en la que todo renace en la naturaleza y los enamorados pueden dar rienda suelta a sus amores. Por ello el prisionero destaca al final de su queja que la única alegría que tenía al amanecer, regalada por la "avecilla" que se lo anunciaba, desaparece de pronto al matársela un ballestero.
En las mañanicas del mes de mayo
del mes de mayo,
cantan los ruiseñores,
se alegra el campo.
En las mañanicas
como son frescas,
cubren los ruiseñores
las alamedas.
Vístense las plantas
de varias sedas,
que sacar colores
poco les cuesta.
Los campos alegran
tapetes varios;
Cantan los ruiseñores
retumba el campo."
Al olmo viejo
De alguna manera el olmo viejo, protagonista de uno de los mejores poemas de Campos de Castilla, de don Antonio Machado, árbol al que un rayo rajado mortalmente dejándolo medio podrido, recupera algo de su esperanza debido a que las lluvias de abril y el sol de mayo han hecho que "algunas hojas verdes le han salido". Y el poeta triste todavía por la reciente muerte de su joven esposa Leonor, con el corazón desesperanzado se dirige al olmo "carcomido y polvoriento" para decirle que antes de que desaparezca quiere dejar escrita "la gracia de tu rama verdecida". Más aún: el poeta, deseando la suerte del olmo, en cuyas entrañas "urden sus telas grises las arañas", expresa la esperanza de su corazón dolido por la ausencia de Leonor:
"Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera."
Dejando aparte la facilidad de la rima, en a-a, porque en el conjunto del poema, continente más contenido, la rima asonante es un elemento menor, pasemos a analizar brevemente la estructura métrica del romance recurriendo, como no puede hacerse de otra forma, al contenido del mismo. Dicha estructura presenta varias partes, que hemos numerado y separado tipográficamente: 1, llegada del verde mayo a la aldea ("correhuelas y albahacas"); 2, las guitarras se adornan amorosamente y desean salir de serenata (como caballos, "relinchan impacientes"); 3, los animales sienten ese mismo amor (las vacas en los establos ("donde el amor huele a paja, / a honrado estiércol y a leche") se enamoran y braman, los toros en las dehesas, al oírlas, "hunden con ira en la arena /sus enamoradas astas", los cirvos mudan sus cuernos "igual que un ramo de rayos / y una visión de navajas", la cabra cambia de pelo, de lana la oveja, el lobo de color, etcétera, y en todos ellos "son otras las intenciones / y son otras las palabras"; 4, la influencia de mayo se nota también en los fenómenos naturales (las noches son de "vidrio", las tardes "esmeraldas", las auroras "plata pura" y las mañanas "miel /de puro y puro doradas (nótese la repetición intecionada del adjetivo "puro,-a", que aparece en esos 8 versos 7 veces); y 5, a modo de conclusión, mayo ha traído el amor a todas partes y a todo ser vivo de la aldea: y lo mismo que ocurre con el adjetivo "puro, -a" en el apartado anterior, aquí es la forma verbal "ronda", en presente, la que se repite 6 veces en los seis versos de que consta, de modo que el amor "ronda majadas/ ronda establos y pastores,/ronda puertas, ronda camas,/ ronda mozas en el baile/ y en aire ronda faldas."
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